martes, 5 de marzo de 2013

¿Qué tan difícil es operar un cerebro?


Es difícil operar un cerebro, llegar a esa instancia requiere, por supuesto, muchos años de estudio. Pero la experiencia que uno va logrando hace que paulatinamente sea menos estresante operar una patología de cerebro. Siempre depende de qué tipo de enfermedad uno esté operando. Los abordajes para llegar a una cirugía de cerebro han dejado de ser peligrosos. En el trabajo del neurocirujano influyen muchas otras cosas: hay que conocer al paciente, hacer un buen diagnóstico y saber qué es lo que está tratando y en base a eso contar con la experiencia y la tecnología como para resolver la enfermedad. Hay enfermedades más difíciles que otras. Por ejemplo, un tumor de cerebro puede ser relativamente sencillo de operar en un área poco elocuente si es benigno y no infiltrante, o puede ser un tumor muy difícil de sacar si está en la base del cráneo y está involucrando estructuras mucho más elocuentes. 





¿Qué debo hacer para ser un neurocirujano?


Los neurocirujanos son médicos con formación especializada en el tratamiento del sistema nervioso y el cerebro a través de métodos quirúrgicos. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, los puestos de trabajo disponibles en este campo deberían aumentar en alrededor del 22 por ciento entre 2008 y 2018. Convertirse en un neurocirujano requiere una amplia formación y educación que se puede pagar a largo plazo. La agencia señala que el salario medio anual de los cirujanos y otros especialistas médicos fue $339,738, a partir de mayo de 2008.




Un poco más acerca de la Neurocirugía

La Neurocirugía es tan antigua como lo es el hombre, lo anterior sustentado en la Biblia: Abel, hijo de Adán murió por un traumatismo craneoencefálico.  Las primeras trepanaciones se remontan a diez mil años en el Paleolítico, con fines que ahora podríamos considerar como chamanismo prehistórico.  La época moderna considera a la Neurocirugía de las más recientes especialidades quirúrgicas y una de las que irá evolucionando y cambiará más rápidamente.

Proyectar al futuro la imagen del neurocirujano ideal es quimérica y difícil.  Al estudiar la carga curricular, todos los programas de formación del especialista son divergentes, incompletos y siempre existirá "ese algo que falta o faltó en su formación".  Estamos viviendo el contexto de masificación en la formación de los médicos generales y especialistas.  La pregunta es si las diversas escuelas de medicina, están debidamente acreditadas y se cumple a cabalidad con un programa académico adecuado.  Los paradigmas en este mundo globalizado se han roto, debido a una "cuasireingeniería" esperanzada en la calidad total, buscando las normativas tipo ISO de todas las numeraciones y categorías.  


Historia de la Neurocirugía

Las primeras descripciones de la morfología craneal fueron reportadas por Heródoto de Halicarnaso (484-425 AC), quien describió diferencias en el grosor del cráneo entre los Egipcios y los Persas. Herodoto creía que situaciones ambientales eran la causa de la diferencia en el grosor craneal. En el tratado Hipocrático, Sobre las Heridas de la Cabeza (Hipocrates o uno de sus alumnos) describió detalladamente la variación significativa en el grosor de la bovéda y en la morfología de las suturas craneales. Hipocrates, en su obra "Aires, aguas y lugares", señala que cerca de Palus Mocotide, habitaba un pueblo que tenía la original costumbre de comprimir a los niños la cabeza hasta darle una forma alargada. Más tarde, Galeno de Pergamo (130-200), y después Andreas Vesalio (1514-1564) reconocieron las diferencias en la morofología del cráneo humano y las suturas craneales. Y, asociaron ciertas características del cráneo con entidades clínico-patológicas (en la actualidad reconocidas como hidrocefalia o craneosinostosisSobre las Heridas de la Cabeza, es el primer texto científico que intenta presentar el manejo de las lesiones de la cabeza en una forma completa y sistemática. Los primeros dos capítulos del texto, enfatizan la importancia del conocimiento de la anatomía humana (específicamente del cráneo) para comprender las lesiones craneales.